Organic farming is recognized as one source for innovation helping agriculture to develop sustainably. However, the understanding of innovation in agriculture is characterized by technical optimism, relying mainly on new inputs and technologies originating from research. The paper uses the alternative framework of innovation systems describing innovation as the outcome of stakeholder interaction and examples from the SOLID (Sustainable Organic Low-Input Dairying) project to discuss the role of farmers, researchers and knowledge exchange for innovation.
In this study the farmers were first asked to answer two sets of statements related to views on climate change and experiences on changes so far in their own farm or nearby locations.
The European small ruminants (i.e. sheep and goats) farming sector (ESRS) provides economic, social and environmental benefits to society, but is also one of the most vulnerable livestock sectors in Europe. This sector has diverse livestock species, breeds, production systems and products, which makes difficult to have a clear vision of its challenges through using conventional analyses. A multi-stakeholder and multi-step approach, including 90 surveys, was used to identify and assess the main challenges for the sustainability of the ESRS to prioritize actions.
This report presents the main results of the EU-funded IN-SIGHT project ‘Strengthening Innovation Processes for Growth and Development’. The authors sketched out a conceptual framework and knowledge base for a more effective European policy on innovation in agriculture and rural areas. Both conceptual framework and knowledge base are consistent with the new European agenda for agricultural and rural policy and sensitive to the diversity of the European agricultural and rural systems.
Estas cartillas han sido producidas en el marco del Proyecto “Innovaciones institucionales para el apoyo a la gestión de procesos comerciales de la Agricultura Familiar y su vinculación con los mercados”, que se desarrolló de forma simultánea en Chile, Perú y la Argentina entre los años 2014 y 2016. Este proyecto fue financiado por el Fondo Concursable para la Cooperación Técnica del IICA (FonCT) con contrapartes gubernamentales en los tres casos. El proyecto parte de identificar tres problemas específicos con relación a la comercialización de los agricultores familiares:
Este libro se propone mostrar el modo en que la construcción de sentido en torno al concepto de interdisciplina en equipos de trabajo, es eje de un proceso de comunicación que acompaña cambios organizacionales. Dichos cambios no son estructurales sino que intervienen en las relaciones entre los sectores de investigación y extensión, las dos ramas fundamentales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), organismo nacional dedicado a la generación y transferencia de tecnología.
Este libro demuestra a través de datos la importancia de la investigación y el desarrollo tecnológico, la extensión y la transferencia tecnológica, la vinculación tecnológica, las articulaciones con otras instituciones, la gestión del conocimiento y la comunicación para los desafios del desarrollo rural. Asimismo, expone que los procesos de innovación son altamente sensibles a los contextos socioeconómicos y a la implementación de políticas públicas.
Este libro tiene como objetivos impulsar el fortalecimiento de los vínculos entre práctica científica, anclaje territorial y visión de futuro. Con ello, se recrea una cultura de trabajo que reconociéndose en la trayectoria institucional que cimentó el liderazgo mundial del INTA, incorpora las herramientas que garantizan el despliegue de nuestras mejores capacidades para comprender las complejidades de las coyunturas que nos desafían.
Este articulo en el marco del proyecto “Territorios Digitales: el INTA, los jóvenes y la ruralidad”, llevado adelante por el equipo de Investigación en Comunicación del INTA Rosario, estudia el perfil tecnológico de los jóvenes en el ambiente rural argentino.
La estrategia anual de ProHuerta realiza ajustes a nivel territorial en función de la experiencia y las directivas programáticas. En 2017 se incorporaron tecnologías de la información, en un plan que incluyó el registro online de la información de entrega de semillas, el monitoreo in situ de un área identificada como vulnerable y otro colaborativo a partir del envío de información de los propios huerteros vía WhatsApp.