Despite increasing interest and support for multi-stakeholder partnerships, empirical applications of participatory evaluation approaches to enhance learning from partnerships are either uncommon or undocumented. This paper draws lessons on the use of participatory self-reflective approaches that facilitate structured learning on processes and outcomes of partnerships. Such practice is important to building partnerships, because it helps partners understand how they can develop more collaborative and responsive ways of managing partnerships.
The Community Based Participatory Monitoring and Evaluation (CB-PME) tool empowers poor local farming communities to improve their livelihoods. While this process is people centred, it draws on local people’s capacities, while giving the end users of a technology a voice. The experience of the Katamata farmers’ group in Tororo district using PM&E (the participatory approach to monitoring and evaluation) is given in this paper.
Rural advisory services (RAS) can play an important role in addressing gender inequalities. However, RAS programmes have often fallen short of expectations to design and implement relevant services to help rural women and men achieve food security and generate more income. This paper is based on an examination of a broad selection of existing literature on gender-sensitive RAS. It looks at gender-differentiated barriers in access to RAS and challenges of effectively targeting women family farmers when delivering these services.
Little is known about effective ways to operationalize agricultural innovation processes. The authors of this article use the MasAgro program in Mexico (which aims to increase maize and wheat productivity, profitability and sustainability), and the experiences of middle level ‘hub managers’, to understand how innovation processes occur in heterogeneous and changing contexts. Their research shows how a program, that initially had a relatively narrow technology focus, evolved towards an innovation system approach.
La extensión es el proceso de intervención de carácter educativo y transformador, cuyo objetivo es el desarrollo económico y social de las familias rurales, a través de servicios de asistencia técnica, intercambio de tecnología, desarrollo de capacidades y capacitación. Este documento muestra como lograr estos servicios.
La innovación, producción y comercialización de un producto resultan de la interacción de una diversidad de actores. Así, el modelo de extensión hub del programa gubernamental MasAgro busca ser un espacio en el que agricultores, extensionistas, proveedores de insumos, instituciones gubernamentales y de enseñanza e investigación, entre otros, interactúen, con el fin de promover bienestar individual y colectivo a través de la innovación.
El análisis de redes sociales aplicado al estudio de los sistemas productivos locales (redes de innovación) contribuye a vislumbrar la complejidad de los procesos de innovación tecnológica y su transferencia en el sector rural, mediante la caracterización de los vínculos que establecen los diversos actores sociales participantes, y que con el tiempo pudieran constituir ambientes regionales de innovación.
El servicio de extensión agrícola es uno de los principales vínculos entre la producción y el uso del conocimiento para la agricultura de los países en desarrollo. En la literatura, se han identificado agentes que actúan como intermediarios para vincular a dos o más actores que no se encuentran conectados. Sin embargo, pocos estudios abordan los mecanismos que éstos utilizan para intervenir y menos aún, una tipología que los caracterice e integre.
La presente propuesta de investigación pretende como objetivo generar un modelo metodológico operativo para lograr la competitividad de los pequeños agricultores en condición de pobreza y marginación.
El objetivo de este estudio realizado en el año 2015 fue analizar el nivel de competitividad de 145 unidades familiares distribuidas en los tres estados. Se empleó un cuestionario para la obtención de datos que facilitaron la detección de los factores que han intervenido para tal situación. Se seleccionaron comunidades representativas de los tres estados (Oaxaca, Guerrero y Chiapas) y se recopiló información socioeconómica por medio de cuestionarios como la principal fuente de datos, la cual se complementó con talleres y pláticas informales.