El documento tiene como objetivo analizar los avances realizados por países de América Latina y el Caribe (ALC) en el fortalecimiento de la institucionalidad vinculada a la agricultura, el cambio climático y la seguridad alimentaria. El documento destaca iniciativas innovadoras, en ámbitos como la formulación de políticas, el desarrollo de marcos legales, el fomento de la investigación y la innovación, el desarrollo de mecanismos de financiamiento, y la gestión de riesgos climáticos, entre otros. La revisión está enfocada en las políticas nacionales
Este estudio se realiza como parte del proyecto socio-económico “Estudio de sistemas de pequeños ganaderos eco eficientes hacia diferenciación de productos y pago de servicios ambientales en los municipios de Patía y Mercaderes, Cauca”, contribuyendo al cumplimiento del objetivo específico “Analizar la disposición de los consumidores de carne a pagar por servicios ambientales (PSA) y/ productos diferenciados”.
El taller tuvo como objetivo el fortalecimiento de capacidades de actores nacionales en la formulación e implementación de proyectos que integren temáticas de género y cambio climático. El taller adoptó un enfoque práctico donde se compartieron diferentes herramientas para ser usadas en las diferentes fases del ciclo de proyectos con enfoque de adaptación y/o mitigación al cambio climático en el sector agrícola para garantizar una visión de género e inclusión social.
El proyecto "Innovación para la seguridad y la soberanía alimentaria en la región andina" - IssAndes, se inició en marzo del 2011 y culminó en marzo del 2015. El proyecto fue ejecutado en Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia, con socios de agricultura, salud y educación en cada país. Fue coordinado por el Centro Internacional de la Papa (CIP) y financiado por la Unión Europea a través del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
En los últimos 25 años se han producido cambios significativos en la vida rural de América Latina, en sus dimensiones política, económica, social, laboral, demográfica, cultural y ambiental, a partir de lo que se denominó los Programas de Ajuste Estructural y de las decisiones políticas y económicas que tomó cada país en particular. Uno de los elementos centrales y determinantes de las reformas en los Sistemas de Extensión y Transferencia de Tecnología Agraria (SETTA) ocurrió a partir de fines de la década de los setentas y principios de la década de los ochentas.
En esta comunicación se argumenta en torno a las ventajas de contar con una “Educación Intercultural sobre el Cambio Climático” como vía para empoderar a las comunidades locales. Se propone una metodología para la recuperación y valoración del estado de vitalidad/erosión intergeneracional de los conocimientos tradicionales sobre el cambio climático.
El objetivo de esta guía es proponer una metodología para la “evaluación de la sostenibilidad de los sistemas de producción de la agricultura familiar”, a través de “indicadores de sostenibilidad”. Con ellos se busca detectar “puntos críticos” en los sistemas de producción que limitan su sostenibilidad, de forma tal que se pueda iniciar un proceso de elaboración de “estrategias de gestión sostenible” enfocado al fortalecimiento de la agricultura familiar y al desarrollo de los territorios rurales en los que se desenvuelven.
El presente trabajo aborda un tema de importancia estratégica para el sector rural como es la agricultura familiar.
Este libro presenta ocho estudios de caso que se cuestionan sobre un particular asunto: qué elementos caracterizan a las dinámicas económicas y políticas en los territorios donde se observa un crecimiento económico y buenos resultados sociales, esto es, una disminución de la pobreza y de la desigualdad. El análisis de estos casos demuestra dos cosas. En primer lugar, que la interpretación y capacidad de acción de los actores inciden en los resultados económicos y sociales.
La agricultura de América Latina y el Caribe (ALC) se enfrenta a una oportunidad global sin precedentes: satisfacer los patrones de consumo diferenciados y de mayor calidad de 7000 millones de personas en la actualidad y de no menos 9000 millones para el 2050. A esta oportunidad se suma el valor que le brinda la agricultura a las poblaciones rurales, no solo como su fuente alimentaria, sino también como su única o primordial fuente de ingresos. Y son los territorios rurales precisamente los llamados a prepararse, adaptarse y asumir el reto de alimentar al mundo.