Los cambios acontecidos en la agricultura cubana a finales del siglo XX provocaron la ruptura del paradigma basado en la dependencia de importaciones, por lo que se precisó comenzar a construir un nuevo modelo técnico-económico sobre la base del desarrollo endógeno, asociado al fomento de capacidades innovadoras y de tecnologías sostenibles; ello exigió que los centros de desarrollo de conocimiento se centraran en la aplicación de innovaciones, mediante adecuados procesos de extensión rural.
Desde finales de la década de los ochenta, la humanidad experimenta la ruptura de muchos de los modelos, enfoques y paradigmas que hasta entonces habían guiado los procesos de desarrollo, los que abarcan las dimensiones social, económica, ambiental, tecnológica y política. La globalización y la revolución de la informática y las telecomunicaciones, entre otras, han provocado incertidumbre y complejidad para analizar los fenómenos y procesos que inciden en el desarrollo.
Se realizó una investigación con el objetivo de identificar las limitantes para la producción de alimentos, así como sus causas y posibles soluciones, en 25 fincas de los municipios Perico, Martí, Colón y Jagüey Grande (provincia Matanzas, Cuba) involucradas en el Programa de Innovación Agrícola Local (PIAL); las cuales se identificaron y construyeron, de manera conjunta, con productores, propietarios o usufructuarios de dichas fincas.
El objetivo de este trabajo es dar a conocer cómo se han desarrollado los vínculos entre el sector productivo y la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”. Se emprendieron una serie de medidas para la recuperación de la base alimentaria del ganado, con el empleo de prácticas alternativas y la aplicación de sistemas sostenibles de producción animal, las cuales tenían como principal objetivo el aumento de la producción, aun con pocos recursos
En este libro se sintetiza la experiencia de la CEPAL en los procesos de diagnóstico y formulación de estrategias orientadas al fortalecimiento de ocho cadenas de valor rurales en México, varios países de Centroamérica y la República Dominicana. El apoyo a estas cadenas fue posible gracias al financiamiento del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), en el marco del proyecto conjunto de la CEPAL y el FIDA denominado “Crecimiento inclusivo, política industrial rural y cadenas de valor participativas en América Latina y el Caribe”.