Technological innovations have driven economic development and improvement in living conditions throughout history. However, the majority of smallholder farmers in sub‐Saharan Africa have seldom adopted or used science‐based technological innovations. Consequently, several scholars have been persistently questioning the effectiveness of intervention models in smallholder agriculture.
The main goal of the study is to quantify the effects of a) change in nitrogen fertilization rate, b) adjustment of sowing date, c) implementation of new cultivars, and d) supplementary irrigation on maize cropping systems across six African countries including Ghana, Nigeria, Kenya, Malawi, Ethiopia and Burkina Faso. For this purpose, 30 years (1980-2010) of climate data are used as well as soil and management information obtained from global datasets at 0.5° x 0.5° spatial resolution.
There have been repeated calls for a ‘new professionalism’ for carrying out agricultural research for development since the 1990s. At the centre of these calls is a recognition that for agricultural research to support the capacities required to face global patterns of change and their implications on rural livelihoods, requires a more systemic, learning focused and reflexive practice that bridges epistemologies and methodologies.
This paper calls for a better integration of place-based, evidence-based and inclusive dimensions in the implementation of the Science, Technology and Innovation (STI) plans and industrial policies in sub-Saharan Africa. To this end, the analysis contrasts with and takes inspiration from the recent and ongoing international experiences in the elaboration of Innovation Strategies for Smart Specialisation (S3).
This book documents a unique series of 19 case studies where agricultural biotechnologies were used to serve the needs of smallholders in developing countries. They cover different regions, production systems, species and underlying socio-economic conditions in the crop (seven case studies), livestock (seven) and aquaculture/fisheries (five) sectors. Most of the case studies involve a single crop, livestock or fish species and a single biotechnology.
Desde finales de la década de los ochenta, la humanidad experimenta la ruptura de muchos de los modelos, enfoques y paradigmas que hasta entonces habían guiado los procesos de desarrollo, los que abarcan las dimensiones social, económica, ambiental, tecnológica y política. La globalización y la revolución de la informática y las telecomunicaciones, entre otras, han provocado incertidumbre y complejidad para analizar los fenómenos y procesos que inciden en el desarrollo.
Este estudio se realizó en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey con el objetivo de evaluar algunos indicadores clave, como la intensidad innovadora (IIE), la capacidad tecnológica (CTE) y el nivel de excelencia (NEE) del equipo técnico vinculado a las tecnologías de construcción y puesta en marcha de biodigestores
El objetivo de este trabajo es mostrar, a través de un estudio de caso, la utilidad de incorporar en la práctica de los proyectos la definición y evaluación participativa de las metas, para conocer las percepciones de la diversidad de actores que conforman los espacios locales, identificar posibles alianzas y armonizar intereses y resultados esperados en las estrategias de desarrollo con enfoque de género
En este artículo se presenta y discute la información fruto de los talleres realizados durante el 2007 y 2008 en los Centros Locales de Innovación Agropecuaria (CLIA), con la participación de productores y otros actores locales en nueve provincias del occidente, centro y oriente cubano. Se muestra el caso del CLIA Las Tunas.
Se realizó un estudio con el objetivo de identificar las brechas de formación en cuanto a la capacidad gerencial; la situación actual en instituciones, organizaciones y proyectos respecto a la determinación de la demanda de formación de capacidades en cultura y gestión empresarial en el marco agropecuario; así como los actores con posibilidades de asumir labores como promotores, facilitadores y formadores, que dieran respuesta a un programa de formación propuesto para los años 2015-2017.