Para revertir la situación de inseguridad alimentaria, el sector agropecuario cubano requiere de inversiones en infraestructuras y de cambios en la gestión e innovaciones que se adapten a las condiciones económicas, ecológicas, sociales y culturales de cada territorio. Ello implica una mejora de las condiciones en los ecosistemas a partir de la generación colectiva de alternativas con base en el intercambio, el apoyo en las alianzas y las experiencias entre los diferentes actores.
Se realizó una investigación con el objetivo de identificar las limitantes para la producción de alimentos, así como sus causas y posibles soluciones, en 25 fincas de los municipios Perico, Martí, Colón y Jagüey Grande (provincia Matanzas, Cuba) involucradas en el Programa de Innovación Agrícola Local (PIAL); las cuales se identificaron y construyeron, de manera conjunta, con productores, propietarios o usufructuarios de dichas fincas.
Con el objetivo de confeccionar los planes de fincas a partir de la aplicación de una metodología para tal fin, se realizó una investigación en 25 fincas de los municipios Perico, Martí, Colón y Jagüey Grande (provincia Matanzas, Cuba). Se confeccionó una guía a partir de la metodología de Palma y Cruz (2010), modificada según el contexto cubano, y se capacitó a varios facilitadores que trabajaron con grupos de campesinos, por lo que en la elaboración de los planes se aprovechó los conocimientos de las personas con mayor experiencia.